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LOS CUATRO CABALLOS DEL APOCALIPSIS

EL CABALLO BLANCO DEL REY DEL CIELO


Después de haber estado soñando, en un sueño que no puedo recordar, pues estos son oscuros, débiles, y sin emoción, aparecí en un lugar extraño, que me hizo ver en todas direcciones, pues me sentí perdido. Instintivamente miré mis pies, los vi, comprendí que estaba fuera del cuerpo, sentí el miedo y las ganas de salir corriendo y despertarme, entonces esperé a que sucediera lo que siempre sucedía, al poco rato, sentí aquel calor, cierto bienestar que me permitía permanecer en lugares que ningún humano puede estar. Volví a mirar, y allí estaban, unos hermosos pies de mujer, extendí mis manos y vi unas uñas pintadas sobre unas manos de piel tersa.

Entonces pensé:

-- Bueno, vamos a ver qué tiene ahora que enseñarme La Mala.

Me encontraba en un cruce de caminos, en concreto cuatro caminos que formaban una cruz, miré a mi derecha y reconocí el lugar, era el mundo de los Fantasmas, miré a mi izquierda y también lo reconocí, aquel polvo parecido a la madera quemada era el mundo de los esqueletos, miré hacia atrás y el camino era el único que descendía, y en la lejanía se veía la entrada a una gran cueva oscura, al frente tierra, tierra y solo mas tierra.

 Aquel cruce de caminos me intrigó, sentía que algo importante sucedía allí, lo notaba, por lo que hice
un examen muy exhaustivo del sitio. El camino que estaba situado al frente, era estrecho, lleno de piedras, el suelo en si era irregular, con baches, y había mucho polvo y se acababa bruscamente a unos doscientos metros. El camino de mi derecha era por donde se salía del mundo de los fantasmas, y tenía una distancia similar al anterior, aunque a diferencia de este, se veía un horizonte de tierra seca. El camino de mi izquierda era por donde se salía del mundo de los esqueletos y tenía una distancia similar a los dos anteriores, y también aquí se podía ver el horizonte de aquel polvo, similar a la ceniza que queda después de quemar la madera. Y finalmente lo que quedaba en mi espalda no era un camino, más bien una calzada ancha, que aunque al principio presentaba el mismo aspecto del camino frontal, con piedras y huecos irregulares, después se transformaba en una vía pavimentada con piedras pulidas, con asientos a los lados para descansar, en fin una vía bien pensada para el viajante, que además superaba a las otras 3 en que tenía el doble de longitud.

Decidí caminar por la calzada del sur, que se veía más amplia y cómoda, y como era descendente más fácil de seguir. En la lejanía se veía una gran boca de una cueva, que por su oscuridad no se podía saber que había en ella. Cuando ya había avanzado un buen trecho, me di cuenta que al ir descendiendo, perdía de vista todos los alrededores, por lo que pensé que sería mejor regresar y dejar
este camino para el final. Comencé el regreso, pero al ir en ascenso noté que me era dificilísimo avanzar, caminaba y caminaba y parecía que estaba en el mismo lugar, aunque tras un buen tiempo llegue a la encrucijada. Decidí entonces avanzar por el camino estrecho y lleno de piedras, al menos no perdería de vista todo lo que había a mi alrededor. El problema en este camino o era que tenía que mirar al suelo, porque si pisaba una piedra podría caerme, pero entonces sucedía que iba a parar a la tierra de los fantasmas o a la de los esqueletos. Me propuse caminar viendo al frente, para no perder de vista el camino en sí, pero a cada rato me estampaba contra el piso. Noté además en este camino que caminaba y caminaba y no avanzaba. Entonces, con mi dedo hice una raya en el suelo, seguí avanzando y cuando miré, la raya estaba en el mismo lugar. Definitivamente caminaba y no avanzaba.


Regresé, por donde había venido, al lugar en el cual empezó aquella visión, lo cual se me hizo facilísimo, que era justo el lugar en el que los cuatro caminos se cruzaban y aguardé, como nada sucedía me senté en una incómoda piedra situada en un círculo, que creaba algo parecido a una rotonda, y simplemente esperé. Mirando todo lo que me rodeaba, me di cuenta que hacia el lado Izquierdo, se veía el horizonte en la lejanía, a mi derecha ocurría lo mismo, pero al mirar hacia el frente no había horizonte.

Tras un rato, al fin vi en la lejanía, por el camino de la derecha, caminar al Inmortal Kal, por el reino de los Fantasmas, y por mi lado Izquierdo, caminaba Mrityu, por el Reino de los Esqueletos. El encuentro fue de una alta intensidad sentimental, aquellos dos Inmortales, ya han nacido del Óvulo universal, y ella con seguridad ya lleva un óvulo que dará la oportunidad a muchas de las suyas de poder nacer con su cuerpo inmortal. Ambos son humanos, pero ya poseen un cuerpo inmortal. Pero la grandeza de todo aquello es que ambos son esposos eternamente, y después de 9 ciclos humanos al fin volvían a encontrarse, nada menos que toda la era de Kali Yuga.

Estos dos grandes Inmortales, han permanecido ciclo tras ciclo, al lado del que ellos consideran su
Señor, al que crucificaron en un madero. Ahora tienen una misión muy específica, sacar del mundo de los demonios, nada menos que a su líder, al que yo conozco como Kali pero que para los occidentales nombramos como Satanás. Cada ciclo humano, o sea, 12 reencarnaciones seguidas mas una treceava, mi Señor Narayan y su esposa, daban nacimiento al Antiguo Inmortal Yama, y estos dos Inmortales nacían junto a él, para apoyarlo, y sufrieron el ataque de sus enemigos con la misma barbarie que su Señor.

Conozco lo que sufrieron, lo que hicieron por su Señor. Estos dos grandes seres son en la cultura occidental, Elias y Enoc. Enoc no es un hombre, es una mujer, los actuales amos del mundo odian a las mujeres, porque de una de ellas La Madre Universal, nacerán los antiguos Inmortales, los dueños del universo, y a su vez de las que nazcan tendrán óvulos que les permitirán a los suyos nacer como inmortales incluyendo a muchísimos humanos. La salvación vendrá del Óvulo Universal, o sea de muchas mujeres, pero los actuales amos del mundo no se salvaran, no podrán nacer de nuevo.

Estos dos Inmortales, tienen una gran misión en la actualidad, pues tienen cuerpo humano. Los humanos hemos sido dominados totalmente, somos controlados por espíritus inmundos, que por un lado nos absorben nuestros tres líquidos, emocional, sentimental, y de pensamiento, pero por el otro, nos dominan haciéndonos sentir lo que ellos quieren que sintamos, todos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras emociones son inducidas por ellos, y en realidad no tenemos ninguna oportunidad de zafarnos de este dominio.

Cuando Jesús de Nazaret fue crucificado, su Padre, Mi Señor, cerró todas las entradas al conocimiento interior, que son las 33 entradas a su reino, por lo que el ultimo ser que tuvo el don de la profecía fue Jesús de Nazaret, después de él nadie ha podido tener un conocimiento y dominio de las fuerzas universales. Ahora bien, en los tiempos del fin, en los que ya nos encontramos, Mi Señor
que será un Hijo de Hombre, abrirá nuevamente la entrada a ese conocimiento, entonces estos dos inmortales, Kal y Mrityu, o Elias y Enoc, como queramos llamarlos, volverán a profetizar, tendrán dominio de todos los elementos, por lo que la humanidad entera se dará cuenta que son hijos del autentico Dios.

Satanás en ese momento tendrá dos opciones, dejarlo y no atacarlos, entonces la humanidad seguiría al verdadero Dios, y entonces sus líquidos sentimental, emocional y de pensamiento dejarían de fluir hacia todos los amos actuales del mundo, y la otra opción sería salir de su mundo, el mundo de las sombras y matarlos, pero entonces los humanos podrán ver no solo al líder, sino a cada uno de esos seres deformes que viven en sus cuerpos, por lo que podrán luchar dentro de sí para sacarlos.

Estos dos Inmortales son los dos olivos, y los dos candelabros que están delante del Señor de la tierra que serán los dos primeros profetas de la nueva era. Satanás saldrá del abismo, o el mundo de las sombras y los matarán, pero ya teniendo un cuerpo inmortal, Mi Señor los hará subir hasta su cielo, que ya en ese momento estará abierto.

El reencuentro entre estos dos Inmortales fue algo indescriptible, que no se cómo describir aquí, solo
diré que fue un matrimonio divino, donde no hubo ceremonia. La ceremonia es un invento de los Inmortales caídos, a ellos siempre les ha gustado todo lo que es la reunión de multitudes, básicamente porque son ladrones del liquido vital de todos los seres y en las ceremonias es donde mejor se extrae.

Después de que la unión eterna entre dos seres se consumó, el lazo creado por aquellos dos inmortales será eterno, no habrá fuerza capaz de separarlos, que es una de las desgracias que le suceden a los humanos, que no se pueden reencontrar con sus seres queridos, y no pueden regresar a su hogar, donde se sienten felices.

Vi entonces como la pareja avanzó por el camino, donde se transita y no se avanza, llegado el lugar donde yo me di la vuelta, vi como se abrió una entrada a un mundo totalmente diferente, pasar de un mundo donde moran los muertos, a uno con una vida exuberante es sorprendente. Pero al abrirse aquel mundo un ser enorme, terrible, con voz de trueno amenazó a la pareja:

-- Malditos humanos muertos, como os atrevéis a entrar en el Reino del más poderoso Inmortal, os devoraré aquí mismo e iréis a parar al abismo.

Mrityu sonriendo dijo:

-- Nemi, Nemi, ¿ya te has olvidado, de los dulces que te preparaba?

Aquel monstruo, con cara de sorpresa respondió.

-- Ah, sois de los cabezones esos que se transforman en cualquier cosa, para engañarme, de un solo bocado os arrancaré la cabeza.

Entonces Kal le respondió:

-- Jamás nos atreveríamos a enfrentar a un ser tan enorme, tan grande como tú, con toda la fuerza destructiva que posees, habrás peleado con las serpientes del abismo y las habrás derrotado a todas.

El monstruo y yo notamos una burla, en la sonrisa de Kal, yo pensé que no sería buena idea, cabrear a aquella bestia, aunque me tranquilicé argumentando conmigo mismo

-- Bueno es Kal, sabrá como defenderse.

Vi entonces como Mrytiu saco algo de su Sari y se lo dio al monstruo, este lo agarró y dejándolo caer
al piso se transformó en un no sé qué tipo de animal, del tamaño de un perro de esos canijos, relleno de puro pelo. Se comió lo que le habían dado de un solo bocado y entonces comenzó a hacer gestos como gritando, pero hablando en voz muy baja.

-- Maravilla, otra Maravilla, otra Maravilla.

Gritaba en voz baja en todas las direcciones como llamando a otros que estarían por el lugar,
Me dio la risa, en verdad me había impresionado aquella cosa, pero al ver el tamaño real que tenía no pude aguantarme la carcajada.

Mrityu con voz dulce le dijo:

-- Nemi ¿Quieres otro?

-- Si, si, si, y colocando su pata en la boca haciendo como un sonido de silencio, dijo:

-- Hablad en voz baja, y prosiguió dirigiéndose ahora hacia atrás:

-- Maravilla otra Maravilla.

De entre los árboles y los matorrales empezaron a salir todo tipo de enanos, a cada cual más raro, entonces la pareja abriendo los brazos fueron a abrazarlos, pero todos gritaban:

-- Maravilla, otra Maravilla, otra Maravilla, diciéndolo en voz muy baja, al mismo tiempo que hacían con el dedo índice, los que tenían dedo, colocado en la boca el gesto de silencio.

Todos reunidos, la pareja en el medio de todos los enanos, caminaron de puntillas para no hacer ruido, al mismo tiempo que uno de ellos le contaba a los dos Inmortales lo que sucedía.

-- Hoy apareció una Maravilla en el campo donde comen los hombres-caballo, cuatro caballos poderosísimos que hacen temblar la tierra. Y otro continuaba diciéndoles:

-- Y ahora vosotros aparecéis, otra maravilla. Otro enano les decía también:

-- Aparecerá también entonces Yama y Yami hoy. A lo que Kal, con cierta tristeza respondió:

-- No, nuestro Señor vendrá de último, tienen que pasar varias cosas antes de que vengan Yama y Yami.

Con cierta tristeza todos aceptaron lo dicho por Kal.

Aquel grupo caminó largo rato, el lugar tenía una vida especial, parecía que todo era alegría, la vegetación era abundante, arboles, flores, matorrales, y todo tipo de insectos. Los arboles dejaban caer sus hojas al paso de la comitiva, y una bandada de pájaros revoloteaba alrededor de todos ellos. Pensé para mis adentros:

-- Bueno Mala, ahora me vas a mostrar a Alicia en el país de las maravillas, a la cenicienta, a la Bella y la Bestia, joder a menudo sitio me has traído.

La comitiva al fin llegó a un campo enorme donde pude ver algo sorprendente, hombres-caballo reunidos, que también al parecer caminaban sin hacer ruido, pero que al ver a los dos Inmortales, se
dirigieron en manada hacia ellos. La alegría se veía en sus ojos, al poco rato aquello parecía una verbena de noche vieja, llegaron aun más enanos, más pájaros, en fin todos querían ver y hablar con los recién llegados.

Finalmente uno de aquellos hombres-caballo les habló de los cuatro caballos que habían aparecido, y les indicó como llegar, pero advirtiendo no solo de ir sin hacer ruido, sino sin ser vistos, por lo que habría que ir a un lugar especifico de aquel bosque para desde allí observar a los caballos que tenían tan cautivados a todos los habitantes de aquel lugar.

Seguí a aquella comitiva, en silencio, la verdad, no podía aguantar una sonrisa en mi rostro, todo aquello me parecía de coña, todo parecía de cuento de hadas. Llegaron a un bosque donde los arboles
y matorrales permitían ocultarse, y desde allí todos escondidos, observaron los dichosos caballos, en un descampado con abundantísimo pasto, que tranquilamente comían. Yo los miré, y quedé con mis ojos fijos en uno de ellos, en el caballo blanco.

Hipnotizado, seguí caminando dejando atrás a toda la comitiva, recorrí todo aquel potrero a campo abierto, y me percaté de que los 4 caballos alzaron su mirada hacia mí. Como yo me dirigía al caballo blanco, los otros tres se encaminaron hacia él, y para cuando llegué estaban los cuatro juntos. ¡Podían verme!

Cuando lo tuve enfrente, mis piernas no aguantaron y caí de rodillas, entrecortadamente afirmé:

-- Tú eres el caballo de Mi Señor. Tú eres Kalki, las lágrimas me ahogaban, la respiración se me entrecortaba y mi corazón parecía se me iba a salir del cuerpo.

-- Has cumplido tu palabra, nunca dejas a uno de los tuyos abandonado, has venido a buscarnos. No pude hablar más, aquel caballo representaba todo para mí, representaba regresar con mi verdadera familia, regresar a mi casa, regresar a mi patria, regresar junto a Mi Señor. El sentimiento de que ahora tengo quién me proteja, quien me cuide, en quien apoyarme, aliviaba todas mis angustias.
Recordé varias de mis vidas pasadas y entonces grité:

-- Malditos, venid ahora a degollarme, a ahorcarme, a envenenarme, venid ahora cabrones.

Aquel caballo, mordiéndome la ropa, me levantó con facilidad, y yo abrazándome a su cuello, tal como haría un hombre que colgado de un puente ansía no caer al fondo, cerré mis ojos intentando sentir a Mi Señor. Lo solté y abrace el cuello del otro caballo, que era puro musculo, sabía que pertenecía al hermano mayor de Mi Señor, si fuese humano se la pasaría en un gimnasio haciendo pesas, este Inmortal, es drástico, le gusta la mano dura, es el rudo de la familia, y por supuesto su caballo era como él, la potencia total. Pasé al otro caballo, su esbeltez, su paso fino, representaban a su amo, que era el táctico, el estratega, el que todo lo piensa, que no da un paso sin hacer un plan primero, y por último abracé el caballo del menor de los hermanos, el leal, el que hace con esmero todo lo que sus hermanos le piden.

No daba crédito a lo que veía, aquellos 4 caballos son el poder del Supremo, los humanos no podemos entender lo que significan estos Vayans. La humanidad se enorgullece de todas las máquinas que han creado, pero en el mundo de los Inmortales, todo tiene vida, no puede haber algo material, sin un alma que lo mueva. Cada Inmortal tiene un Vayan, que le sirve en sus mundos internos para llegar más rápido a donde quieran ir, pero en el mundo físico son algo así como la energía que mueve cualquier aparato que se posea.

Antes de que los antiguos Inmortales, dueños de todo el Universo, partieran, Brahama el creador, algo así como jefe de los científicos, diseñó cuatro poderosísimas naves de guerra, para que Mi Señor cuando naciera como Kalki Avatar, con sus tres hermanos, destruyeran a todos los enemigos, estas máquinas, que no poseen vida, fueron guardadas en el cielo de las Astra Devas, o Armas de los Inmortales, y de por sí, no tienen vida, no pueden moverse ni desplegar su poder destructivo, por lo que son estos cuatro caballos, los que son sus almas.

Las máquinas, en el mundo de los Inmortales, no usan algún tipo de energía material, las mueven sus almas o Vayans. Todos los que estudian las naves esféricas que se ven en los cielos, no se han percatado que estas naves tienen un alma que las mueven, no necesitan controles, porque existe una conexión entre el que las conduce y el alma de sus naves, pudiendo inclusive moverse sin un conductor, por propia voluntad de su vayan, tan solo con el pensamiento esta hace lo que se desea. Como lo que mueve cualquier nave, o cualquier otra máquina, son seres vivos, estos necesitan, como todo lo que mora en los mundos ocultos, ese líquido que les da vida, el Amrita, y que en la actualidad solo el cuerpo de los humanos es el que los produce. Antiguamente todos los seres producían este líquido de vida.

Estos Cuatro caballos son los Vayans de las cuatro naves de guerra más poderosas que se hayan construido, pero además tienen una capacidad que ningún ser inmortal posee, son capaces de abrir las puertas entre cada uno de los mundos, absolutamente todos los mundos, y pueden hacer pasar de un mundo a otro a todos los que ellos quieran. En el tiempo que Mi Señor ataque a los cuatro imperios de los demonios, ángeles caídos, y hombres serpiente, sus poderosas naves, serán visibles inclusive para los humanos, todos los hombres miraran el cielo y las verán, verán su símbolo, su estandarte, escucharan las detonaciones de sus armas, y ya no tendrán mas dudas de quien es el verdadero Ser Supremo, ya que en aquellos tiempos, el Inmortal caído, Ushas, o Anticristo como es conocido en nuestra cultura occidental, habrá engañado a muchos haciéndole creer que él es Dios.

Los amos del mundo, y los científicos humanos, en la actualidad, están intentando abrir lo que se denominan agujeros negros, puertas o portales cósmicos, para pasar entre universos paralelos, estos cuatro caballos hacen a voluntad eso, y pasan de un mundo a otro, a todos los que ellos decidan. Además son seres que no dependen de nadie respecto al Soma, que es el Amrita de los Inmortales, pues lo produce su propio organismo.

Como estos cuatro caballos, naturalmente unen los mundos, yo me había hecho visible, y todos los seres que habitaban en aquel reino pudieron verme, y perdiendo el miedo que producen aquellos
poderosos caballos, se acercaron, pero con asombro vi como me examinaban con ojos hipnotizados, nadie pestañeaba, todos tenían la misma dirección, yo. En aquel tiempo no supe porque, hoy se que no era yo al que veían, sino a La Mala, que completamente desnuda cargaba con mi cuerpo para mostrarme lo que ella quería.


Sentí como me iba, e inmediatamente surgí donde había aparecido al principio de aquella visión, en la unión de los cuatro caminos. Recapacité sobre todo lo que había visto, comprendí varias cosas. Existen tres reinos o mundos donde van los muertos, que deben conseguir separarse en sus tres cuerpos, después, en su momento, los doce fantasmas, los doce esqueletos, un único cuerpo original, y el yo, todos formando un solo cuerpo deben llegar hasta el cruce de caminos, allí si han logrado evolucionar entraran en el reino que acababa de ver, donde los hombres-caballo lo llevaran hasta el cielo de las bolas de luz para obtener un nuevo cuerpo, si no caminaran por el camino de mi espalda, el que desciende hasta una oscura cueva, y allí caer al abismo.

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