SEGUIR EN FACEBOOK

EL HOMBRE ENTRA AL JARDÍN

EL HOMBRE ENTRA AL JARDÍN DEL EDÉN Y TRIUNFA


Aquella visión comenzó igual que las anteriores, me encontraba frente a aquel muro, sobre una grama suave y blanda, completamente excitado. Antes de aparecer allí había tenido sueños eróticos, pero a diferencia de los anteriores, fueron sueños donde deseaba mujeres, que empezaron siendo humanas, pero que gradualmente mis deseos se encaminaron a damas desconocidas para mí, habitantes de lo que creía era el cielo. Recordaba perfectamente las visiones anteriores, la de las serpientes humanas subiendo por el muro, la del Cabeza de Chivo y la del Lagarto.

Noté algunas diferencias respecto a las tres visiones anteriores, el muro estaba limpio, libre de
El muro es la entrada al Jardín o Mundo donde todo es erótico y desde donde
están las claves de la vida y de la muerte.
cualquier tipo de vegetación, moho o polvo, aunque se notaba que era un muro antiquísimo. La luz iluminaba todo, sin apenas sombras.

Vi llegar a un personaje extraño, raro, aunque teniendo en cuenta lo que había visto las veces anteriores, eso era lo normal de aquel mundo, lo estrambótico. Me di cuenta inmediatamente que era un humano, y estaba vivo en nuestro mundo, su cara y tronco eran los normales, un hombre atractivo, de piel blanca, pelo negro, con cara seria, con voluntad de hierro, de esos que imponen. Pero su parte inferior era la de un animal, concretamente algo parecido a un gorila, muy peludo, de un color casi negro. Pero lo que destacaba era que sus pies, no eran de gorila sino de humano, pero no parecían la piel normal de un hombre, parecían metálicos, como si fueran bronce pulido. Llevaba su pene hinchado, pero no completamente erecto, y su tamaño era el normal de un hombre de raza blanca. Pero lo que más me impresionó fue su cara, era un hombre duro, de los que no se les puede engañar de ninguna manera, en su rostro se veían las marcas del dolor que había pasado, de todas las veces que había sido castigado cruelmente, vi que a pesar de ser un hombre con gesto cruel, en sus ojos se podía apreciar el gran sentimiento hacia los suyos, entendí el significado de "Gobernará con vara de hierro"

Entonces comenzó con sus dos manos a tocar el muro, buscaba la puerta para poder entrar, pero aquella dura piedra parecía no tener puerta o abertura de ningún tipo. Seguidamente vi como con una
Este muro es la entrada a un plano especifico, pero no tiene puerta visible,
solo Maya (La Matrix universal) puede abrirla.
mano acariciaba una piedra del muro, la veía con cariño, como si le evocara recuerdos antiquísimos, entonces noté que la luz aumentó completamente el lugar, todo era más luminoso, y también vi como su pene se erectó algo más.

Advertí en aquel momento como apareció aquella mujer, la reconocí inmediatamente, era Maya, La Mala, me asusté, me agité, no sabía qué hacer. Estaba completamente desnuda, su piel no era blanca exactamente, parecía la de una mujer blanca, que se había bronceado al sol, su pelo negro como el azabache, su cuerpo perfecto, pero de mayor contextura que las modelos que se ven en televisión, pero el problema no era que fuese guapísima, era que cada parte de su cuerpo al verla me hipnotizaba, su fuerza no era su cuerpo, era la intensidad de sus emociones.

Maya se dirigió al hombre que intentaba buscar una entrada en el muro, al mismo tiempo que se acercaba, con su típico caminar sensual, provocador, con su mirada lasciva y picante. Alargó una mano, con un gesto de cariño, que yo sabía perfectamente era ilusorio, y que escondía evidentemente la maldad de esta mujer. Noté como aquel gorila, embelesado por ella, salía del cuerpo de aquel hombre, y con sus brazos estirados, buscando el cariño de aquella hembra, quedó paralizado, como hipnotizado, quieto, ella mirándolo con un gesto, que significaba algo así como ¡Gilipollas!, avanzó y
Para poder entrar en este mundo o plano es necesario haber subyugado a Maya
la Matrix universal habiendo dominado el erotismo propio.
dejándolo atrás se acercó al hombre. Vi como aquel hombre, tenía ahora su cuerpo completo, vi sus piernas blancas, gracias a que Maya le había sacado aquel gorila. Noté algo raro, percibí que Maya miraba a aquel varón con un sentimiento real hacia él, la vi subyugada por aquel macho. A su vez, aquel individuo, cuyos pies brillaban como el bronce pulido, con un gesto de cariño, le acarició la cara, que ella respondió con un suspiro de anhelo.

Vi  que al lado de Maya, que estaba cerca del muro, surgió una puerta de madera, con un dintel circular en su parte superior. En aquel momento ella, empujándola la abrió con una mano, y le dio paso al hombre que avanzó al interior del Jardín. Ella quedó con su mano sosteniendo la puerta, y volteó su cara hacia mí, con un gesto sensual, pícaro, de malicia, me dijo:

-- ¿Quieres entrar?

Claro que quería entrar, pero sabía por lo que tendría que pasar para poder hacerlo. Maya, completamente desnuda, frente a mí, con toda su fuerza atractiva, ilusoria, me iba a someter a prueba. Sabía lo que me esperaba, me llevaría a lo profundo de mis deseos más asquerosos, y me elevaría a la intensidad de mis deseos más sublimes. Para poder entrar tendría que ver mis deseos, y no retroceder,
Ningun humano, angel o demonio puede subyugar  a Maya, la Matrix
Universal, solo el Mesias lo puede lograr.
si retrocedía y no me atrevía, no podría entrar, tendría que saborearlos, pero sin llegar a satisfacerlos. Si retrocedía no podría ingresar al Jardín, y si los satisfacía caería al abismo, a la región de los espíritus inmundo donde gobierna Kali, o Satanás, como queramos llamarlo.

Vi como aquella vagina segregaba un líquido transparente, su cuerpo empezó a humedecerse, su cara se enrojeció de deseo. Al verlo vi que mis fuerza flaqueaban, tuve miedo, soy un hombre, los hombres no podremos jamás vencer a Maya, la Ilusión, la verdadera Mátrix. Ya empezaba a ver mis primeras escenas sexuales en lo profundo de mi mente, ya el calor del deseo se había apoderado de mí, sabía que iba a fallar, era demasiado intensa aquella excitación, es imposible para un humano mantener la conciencia en aquellos ardores sexuales.

Caí de rodillas, en lo más profundo de mi corazón grite:

-- Mi Señor ayúdame.

Totalmente exacerbado, agitado, con mi respiración jadeante, sudoroso, vi a Mis Señores sentados junto a Maya, que ahora aparecía vestida, y sin aquella lujuria que la invadía hacía un rato. Percibí a Mi Señor, no podía verlo, solo una luz que era muy difícil de mirar, pero a su derecha Mi Señora, aquella niña de unos doce años, con su cara inocente y traviesa, y aun mas a su Izquierda aquella hija
Todos los humanos tenemos en nuestro corazon un cuerpo que se relaciona
con los seres divinos, y solo este puede protegernos de Maya, porque nosotros
nunca podremos subyugarla.
de puta, Maya, con su sonrisa burlona, pero vestida. Entonces Mi Señora, levantando sus brazos, con mucho alboroto y alegría se acercó a abrazarme, mientras gritaba:

-- Tati, Tati, has venido, mientras me abrazaba,

Me cogió de la mano y me llevó a su asiento, allí tenía una bandeja de dulces, y me indicó con su mano donde sentarme. Entonces continuó hablando:

-- ¿Donde andabas?, tienes la cara como si hubieses visto al diablo, a lo que Maya que sentada a su lado, con una risa contenida, dijo:

-- Poco más o menos.

La miré con rabia, no tenia consideración, aquella cabrona utilizaba su fuerza tanto como con los buenos como con los malos, con los suyos como con los extraños.. Entonces aquella niña inocente, que no conocía las bajas pasiones de los humanos, entregándome una bolita dulce de leche, me dijo:

-- Toma una, las hace un enanito que me he traído del reino de Chandrabali sin que ella sepa, las hace riquísimas.

Comí aquella bolita, y sentí que toda mi agitación, mis deseos, mi excitación, desaparecieron, y una felicidad, que sentí en mi corazón me invadió.

Entonces aquella niña traviesa me dijo:

-- Vamos a jugar una partida, a lo que yo respondí:

-- Sada, no recuerdo el juego que jugábamos, yo ahora juego al Parchís, pero tú no sabes. Y ella respondió:

-- No importa, enséñame, y así te doy una paliza, porque te vas a dejar ganar, o si no… Dijo esto haciendo un gesto de la mano, indicando que me iba a dar unas nalgadas.
Enseñé a jugar parchís a mi Señora, y comenzamos una partida, ella se emocionaba, aplaudía, gritaba, tiraba los dados y su máxima preocupación era ver si podía eliminar alguna de mis fichas. Mientras jugábamos, Maya que observaba todo, empezó a hablarme.

-- Vosotros, los malditos humanos sois seres vacios, sin sentimientos, sin emociones, sin ideas, vuestras ideas os son implantadas por otros, vosotros no creáis ninguna, no tenéis sentimientos hacia nadie, solo cuando tenéis miedo es que reaccionáis, y vuestras emociones son débiles. Mi Señora,
Maya es inmisericorde con los hombres, pero peor aun lo es con los angeles
y demonios.
más pendiente de que su dado sacara un 2 o un 4 para poder eliminar una de mis fichas, no escuchaba nada de lo que La Mala decía, pero entonces cuando Maya dijo:

-- Te voy a mostrar tus bajezas, todas tus debilidades, tus egos te los voy a diluir como se disuelve una nube en el aire, vas a saber lo que es tener miedo.

Yo, asustado, callado, no respondía, pero Mi Señora, que había escuchado esta última parte dijo:

--  Que miedo ni que ocho cuartos, Tati juega al Parchís conmigo, ¿a que le va a tener miedo?

-- ¡Aja!, ¡Aja!, ¡Aja!  Gruñí mirando a Maya, ya empezaba a entender a Mi Señora, aquello era el poder hablando.

-- Maya no se inmuto, me miró con desdén.

Si, Si, es verdad, pensé para mis adentros, es imposible que ningún humano pase las pruebas de Maya, pero yo juego al Parchís con mi Señora, la que vive en mi corazón.

Aparecí nuevamente delante del muro, allí estaba aquella cruel mujer, con su mano extendida para sostener la puerta, me hizo un gesto para que pasase, noté cierto rictus en su cara, estaba satisfecha, no me odiaba, noté cierto sentimiento de compasión, pero de todas maneras para mis adentros pensé:

-- Cabrona.

Al final, había logrado entrar al Jardín, y seguí al hombre que tenía sus pies del color del bronce. Lo primero que aparecía al entrar era la puerta, estaba igual que las dos veces anteriores que la había visto, de metal verdoso, con manchas verdosas más claras, y justo en su centro en la parte superior, un circulo con un símbolo, parecido al del Ying y el Yang chinos, pero las estelas eran más finas, y el círculo estaba formado por dos líneas también metálicas.

La diferencia de esta vez, era que la puerta permanecía totalmente suspendida en el aire, e inclusive
Todos los portales o puertas que comunican mundos deben estar dentro del
cuerpo de cada uno, para no equivocarse, todas las que se abran fuera del
cuerpo, llevan al abismo.
se veía entre la grama y su base un espacio vacío, además no tenía ningún tipo de marco, y era exactamente igual por un lado y por el otro. Vi al hombre caminar a su alrededor, analizándola, intentando intuir lo que era aquella puerta, metió uno de sus pies debajo de ella, para comprobar que no había nada que la sostuviese. Tocó con su mano el círculo de su parte superior, siguiendo con su dedo índice la línea que formaba aquel símbolo. Entonces dijo como hablándole a la puerta:

-- ¿Qué eres?, ¿A dónde conduces?, tienes que ser algún ser vivo, no eres inanimado, nada que viva aquí es algo sin vida, por lo que tu forma esconde a algún ser, ¿por qué no te muestras tal cual eres?
Pero la puerta, no se inmutó, nada se movió en ella.

Me di cuenta, que a diferencia de las veces anteriores, en el Jardín, no se distinguían ninguna de las cosas que había visto anteriormente, solo se percibían la grama y los troncos de los arboles, pero ni sus ramas, ni sus frutos podían tampoco distinguirse. Al no poder comprender nada de la puerta metálica, el hombre comenzó a caminar por el Jardín sin una dirección definida, tan solo esperando poder encontrar algo que le diera alguna idea.

Caminaba por la hierba, y yo a lo igual que él, la sentía en mis pies, era diferente a la hierba normal. Cuando pisamos la grama, esta se dobla y se aplasta contra el suelo, y al levantar el pie se recupera, en cambio esta, aunque doblaba igual, sus puntas picaban, raspaban y en general era un tipo de césped más grueso, más duro. A medida que caminaba, me di cuenta que aumentaba la excitación
Para poder entrar en los mundos internos hace falta una pareja, fisica o sutil.
erótica, una brisa suave parecía avivar este fuego del deseo, y súbitamente, el hombre regresó a donde estaba la puerta y le dijo:

-- Al pisar esta hierba, me he dado cuenta que me excita, me provoca deseos voluptuosos, entendí que esta hierba son los pelos de la vulva de mi mujer, que es por lo que me excito. Eso significa, que ella es necesaria para saber quién eres tú, pues tú tienes dos lados, y si eres una puerta, un lado lo puedo abrir yo y otro ella.

Aun así la puerta permaneció inmutable, sin cambios de ningún tipo, entonces el hombre siguió caminando por el Jardín intentando descubrir sus secretos, pero cuando ya se alejaba vi, como del círculo de la parte superior apareció la cara que ya había visto anteriormente. Su gesto era de sorpresa, no se lo podía creer, un simple humano había descubierto uno de sus secretos.

El hombre siguió vagando por el Jardín, de un lado a otro, al rato sentí una fuerte brisa, que empezó a mover unos matorrales que antes no estaban allí, la brisa, no era normal,  parecía que tenía un centro y la fuerza del aire se agrupaba alrededor de ese centro invisible. Con la brisa rondándolo, el hombre avanzó hasta dos montículos que antes tampoco estaban allí. En la cima de cada uno de los dos montículos dos piedras talladas en  forma de copa de un metro de altura, y dentro de sus recipientes
vi como manaban dos líquidos, en uno brotaba leche y en otro miel. Entonces el hombre tomo leche y miel, y para cuando terminó se encaminó nuevamente hacia la puerta, pero ahora caminaba, eufórico, como ebrio, pero parecía que su mente no se había nublado por la excitación, todo el Jardín pareció ganar en colorido y luminosidad, entonces le dijo a la puerta:

-- Todo este Jardín somos dos personas, uno yo y otro mi esposa, la fuerte brisa que me ronda, son los cabellos sueltos de ella, que me excitan sobremanera, y aquellos dos montículos que manan leche y miel, son sus senos, con los que me embriago de un sentimiento sublime hacia ella. Si ya he logrado la máxima excitación que un hombre puede lograr, porque no te muestras ya ante mí, pues un humano no puede llegar más de ahí.

Aun así, la puerta permaneció inmutable, por lo que el hombre pensativo, decidido, volvió a adentrarse en el Jardín para entender porque aquella puerta no se mostraba tal cual era. Entonces volví ver la cara, ahora sí, totalmente asombrada, con los ojos y la boca abiertos como dos platos, para seguidamente mirar hacia abajo, pensativo, tratando de entender que sucedía, que estaba pasando. Repentinamente un rayo de intuición me hizo caminar al otro lado de la puerta, quería ver la cara del otro círculo. Mi intuición quería indicarme algo, y efectivamente descubrí un secreto más de la puerta. La cara que miraba hacia la entrada del Jardín era masculina, y la del lado contrario femenina, era un ser hermafrodita. Súbitamente, vi como el hombre regresaba apresuradamente a la puerta, entonces con mucha atención, analizó el círculo de arriba de la puerta de un lado y del otro y finalmente dijo:


-- Este círculo tiene un símbolo masculino hacia arriba y el otro hacia abajo, mientras que el del otro lado lo tiene a la inversa, tu eres un ser Hermafrodita, solo puedes ser un inmortal del Ser Supremo.

Quedé asombrado al oír aquello, estaba empezando a entender lo que era aquel Jardín, un jardín mágico, donde se ven los deseos propios, cada uno llevamos en nuestro cuerpo todos los elementos de este Jardín, pero la diferencia es que este es el Jardín de las Fuerzas universales, el Jardín de Dios, por lo que para poder conocerlo y descubrir sus secretos, hay que conocer primero nuestro propio Jardín interior.

La puerta inmutable, no se movió, no mostró su rostro. Entonces el hombre se alejó sin esperar ya una respuesta de ella, y continuó con su investigación. Lo vi caminando, deteniéndose en un lugar y cavilando, hasta que al rato, vi aparecer frente a él aquella fuente que ya había visto en las anteriores visiones, pero ahora esta naciente, con tres rocas grandes, debajo de las cuales brotaba agua, y la
El agua de la vida nace en nuestro ombligo, y por ella es que somos
esclavizados por dioses, demonios y todo tipo de ser inmundo, es la
fuente de la vida.
dejaba caer en un pequeño arroyuelo que se alejaba en una dirección en concreto. Vi como el hombre, juntando sus manos, retenía agua para luego bebérsela, mucha  fue el agua que tomó, con desesperación, entonces me di cuenta que todo el Jardín se iluminó con una luz intensa, celestial, diferente a la luz que vemos entre los hombres.

Aquel hombre, acercándose nuevamente ante la puerta, sonriente, con gesto de triunfo, empezó a hablarle, y yo alucinado, miré que la puerta tenía su rostro nítido en el circulo superior, con un gesto de frustración. Aquel hombre duro, de ceño fruncido le dijo:

-- Los hombres podemos emocionarnos, y tener nuestra excitación, pero por más que aumentemos la intensidad de ella, por mas experiencias que busquemos para conseguir la adrenalina que nos excita, estas emociones son de muy baja intensidad, por lo que un ser como tú no puede mostrarse, y esto es debido a la gran cantidad de espíritus que moran dentro de nosotros absorbiéndonos nuestro liquido de la vida, que se origina en nuestro ombligo, por eso los hombres no podemos conocer ni hacernos conscientes de los mundos superiores donde moran seres más sutiles que nosotros, y estos aprovechándose de esto, nos esclavizan. Estos espíritus, o seres que viven de nosotros, en realidad son espíritus muy bajos, que les es imposible entrar a este Jardín, por lo que aquí yo puedo ver mi Fuete de la Vida, y tomar de sus aguas, refrescantes, rejuvenecedoras, excitantes, por lo que al tomar de este líquido, libre de impurezas puedo verte. Noté que aquel hombre, hablaba con respeto a la puerta, entendía que había sido puesto allí por el ser Supremo, por lo que tenía que ser alguno de los grandes Inmortales que trabajaban para él, y su trabajo era no dejar que alguien averiguara los secretos del Jardín.

Vi la cara de la puerta, entre enojada, con un sentimiento de derrota, responder al hombre:

-- En verdad, estoy sorprendido, nunca imaginé que un humano lograra descubrir alguno de los secretos de mi Jardín, en algunas ocasiones, seres superiores a los humanos lo intentaron, y el que más sellos llegó a abrir apenas logró encontrar dos, y ni siquiera en el orden correcto que tu lo has hecho. El ser Supremo, me colocó aquí para que nadie pudiese entrar, y me dejó dicho quien sería el ser que lograría abrir todos los sellos, pero ahora apareces tú y rompes todos los sellos hasta ahora. Es imposible que tú seas el Gran Inmortal, que sé, romperá todos los sellos, pues eres un simple humano, pero no puedo impedir que lo intentes, pues has pasado todas las pruebas necesarias para llegar hasta aquí. Lo que necesitas desde ahora en adelante es imposible para un hombre, pues las fuerzas que se manifestarían, tu cuerpo no las soportaría, muriendo inevitablemente. Te recomiendo que desistas, con lo que has logrado, tendrás una vida muy larga, próspera y llena de satisfacciones.

Miré la cara de aquel hombre, al escuchar a la puerta, su cara inexpresiva, en una actitud que yo conocía de visiones anteriores. “Inamovible como una montaña” que era la misma que había visto en el Gran Yama el Inmortal de las regiones inferiores, el primero y el último, el que había sido nombrado Rey de todos los gobernantes del mundo, de los cielos intermedios y de los mundos superiores. Craso error puerta, aquel hombre seguía el camino del Guerrero. Lo pusiste a escoger entre vivir plácidamente o morir, un guerrero siempre escoge el segundo camino. ¿O quizás puerta?, sabiendo tu esto, ¿lo has dicho para aguijonearlo y que prosiga con más fuerza buscando los demás secretos?. Entonces la puerta insinuó:

-- Sería bueno que salieras del Jardín, lo que necesitarías ahora, para proseguir en tu camino es imposible para ti. A lo que el hombre respondió:

-- Hace tiempo he empezado mi camino, he recorrido largo trecho, con grandes sufrimientos, grandes dolores, he conocido la muerte antes de tiempo, en casi todas mis vidas anteriores, y me dices ahora que me puedo morir, ¿Qué es una raya mas para un Tigre? A lo que la puerta respondió:

-- Necesitas encontrar el Libro de la Sabiduría para poder seguir, este libro es inaccesible para los hombres, y además, aunque no fueses un hombre, deberías seguir el camino de la sabiduría, por el cual tu evidentemente no transitas. Mejor márchate ya.

Sin ninguna vacilación, temor o duda, aquel hombre se adentró en el Jardín, vi entonces aparecer aquel laberinto que ya había visto anteriormente, básicamente eran caminos creados por matorrales
La búsqueda de lo oculto, del conocimiento, de despertar la conciencia solo
se puede lograr dentro del cuerpo físico, todo lo que consigamos fuera de este
es un conocimiento temporal, que no sirve en el mas allá.
muy hermosamente cortados, pero con una magia horrible, había que buscar el libro de la sabiduría, encontrarlo y después lograr salir con él. El problema era que el laberinto no mantenía su forma constantemente, sino que cambiaba su diseño a cada rato, a lo igual que sucede en nuestros sueños, que los escenarios no se mantienen fijos sino que son cambiantes, perderse en aquel lugar es lo más fácil, y entonces aquel hombre no podría salir de él jamás.

Vi a aquel hombre entrar en el laberinto, caminar unos pasos y detenerse, quedar pensativo, dar unos pasos más, y entonces darse la vuelta y salir. Vi la cara de triunfo de la puerta, pues pensó ¡No se ha atrevido!.

Muy lentamente el guerrero se aproximó a la puerta y le soltó:

-- Todo lo que he descubierto hasta ahora, en realidad estaba ya dentro de mi cuerpo, o en el de mi esposa, por lo tanto, la sabiduría también está dentro de mi cuerpo, el libro de la sabiduría no es algo que esté fuera de mi, es mi propio cuerpo, el que quiera seguir cualquiera de los tres caminos, El del guerrero, el de la sabiduría, o el de la negociación, tendrá que estudiar en su propio libro, que es su cuerpo, en este libro se puede ver hacia afuera y hacia adentro, por lo que este tiene ojos por dentro y por fuera. ¡No existe ningún libro de la sabiduría!

Vi la cara de la puerta que sin respirar veía atónito a aquel hombre, al que consideró no apto para romper los sellos de sus secretos, no solo descubría los secretos del Jardín, sino que lo hacía como si se conociera aquel Jardín como la palma de la mano. Por mi parte pensé que aquel hombre ya había estado anteriormente en el Jardín, porque la facilidad con la que destapaba todo lo oculto era asombrosa. Entonces la puerta con tono amenazante le dijo:

-- No has querido seguir mi consejo, has continuado, ahora verás por lo que te recomendé te marcharas, para sobrevivir en este Jardín es necesario tener, Intensidad máxima de emociones y deseos, sabiduría para controlarlos, pero lo que te falta a ti, porque eres un humano, un cuerpo que resista la fuerza y la intensidad de la inmortalidad, y que sepa cómo no morir al satisfacérsele todos sus deseos, ¡El que tiene todos sus deseos satisfechos, todas las riquezas a su alcance, todo el poder en sus manos, y es la punta de la pirámide, perderá inevitablemente su mente y su cuerpo!

Vi entonces en medio del Jardín, entre muchos otros árboles, dos que eran gigantescos. El hombre se acercó y los observó, su ancho era descomunal, por lo que caminó alrededor de cada uno de ellos, entendí que uno era el árbol de la vida, y otro el árbol de la muerte, los frutos de uno daban la inmortalidad, satisfacían todos los deseos, otorgaban todas las riquezas, daban el poder, y situaban al
No somos capaces de hacer cumplir nuestros deseos, porque nos son
implantados los deseos de otros. Otros disfrutan sus propios deseos, a costa
de nosotros y también tenemos que pagar las consecuencias de ellos.
que lo comía en la punta de la pirámide, el otro en cambio, causaban la muerte, daban el conocimiento del bien y del mal, el dominio de la esclavitud, el control de la miseria, y situaban al que lo comía en la punta de la pirámide invertida. El árbol de la muerte, era gigantesco, pero todas sus ramas aparecían vacías, sin frutos, tan solo en aquel monstruoso árbol había una fruta, que colgaba solitaria de una de sus ramas, en cambio el árbol de la vida, debido a que nadie había comido de sus frutos durante milenios, sus ramas habían tenido que crecer desmesuradamente en todas direcciones, y como estas habían llegado a tocar el suelo, su tronco tuvo que elevarse hasta el cielo.

El hombre después de mirar y cavilar durante largo rato, golpeó con la palma de la mano, la base del Árbol de la Vida, y este dejó caer un fruto, pero como estaba tan alto, tardo mucho tiempo en descender, pero cuando llegó al suelo, su caída fue lenta y suave, por lo que el hombre la atrapó fácilmente. Miré la fruta, a lo igual que el hombre que la sujetaba en sus dos manos, la miré y la deseé, al observarla un deseo embriagador me subyugó, pero pude refrenarme, pues aquella fruta pertenecía al hombre de los pies como el bronce pulido, aquella fruta era su deseo, al comerla obtendría todo. Vi al hombre de gesto duro, sujetando con sumo cuidado aquella fruta, su mirada se perdía en ella. La fruta era un mango, al mirarla tuve conocimiento de muchas cosas, representaba un país, representaba la nación donde se colocaría la Ciudad Sagrada, donde viviría Mi Señor, desde
Solo los deseos de mi alma otorgan la felicidad, los deseos que me son implan-
tados hacen que otros disfruten sus propios deseos y nosotros nunca podremos
obtenerlos.
donde el Rey de reyes, y Señor de Señores gobernaría el Universo, un reino donde la riqueza sería enorme, su poder se erigiría sobre lo humano y sobre lo divino, donde la muerte no se atrevería a cruzar su frontera, y donde no habría enfermedad, ese era el deseo de aquel hombre, solo tendría que comérsela. Entonces vi como el hombre, de gesto duro, con sumo cuidado caminó hacia la puerta.

Tanto el hombre, como la puerta, miraban fijamente la fruta, por lo que no se percataron de que Maya, La Mala, se acerco al Árbol de la Muerte, y colocándose desde una parte oculta de este, golpeó con la palma de la mano la base del enorme tronco, entonces el árbol de la Muerte dejó caer el único fruto que le quedaba, el que atrapó sin dificultad. Vi que el fruto era una manzana, que también representaba una nación y un reino, que desaparecería. Pero como Maya la ocultó rápidamente no pude saber nada mas de ella.

Vi como Maya caminaba con la manzana escondida en su zona lumbar, para reunirse con la puerta y el hombre que ya hablaban, escuche cuando este le decía a la puerta:

-- Este Mango es mi deseo, este Mango es una nación y 6 más, que me pertenecen por derecho divino, y desde las cuales gobernaré el universo, pero en este momento soy humano, Ya los Antiguos Inmortales, que se quedaron en el cielo, y los que se quedaron en sus reinos que entraron al hueco oscuro, han nacido, pero los que nos hemos quedado en el mundo, todavía el Ovulo Universal no nos ha engendrado, tendré que esperar a nacer para poder comérmelo, pues si lo hago ahora mi cuerpo humano morirá, por lo que te lo entregaré a ti, que eres uno de los 33 Inmortales que Naráyana colocó en cada una de las 33 puertas que dan entrada a su reino, para que nadie pudiese colarse. Si eres uno de los Naráyanas, podré confiar en ti mi Mango.

La cara de la puerta, hipnotizada mirando el mango, asentía todo lo que el hombre le decía. Soy hombre y puedo reconocer la avaricia, la codicia, y la vi de forma evidente en ella, un Narayana jamás podría tener deseos de ese tipo, por lo que me preocupé. Vi entonces a Maya, que había encendido su fuerza ilusoria, su encanto, su formidable atracción, pues hasta el momento había estado
tranquila viendo nada mas lo que sucedía. La situación fue muy intensa, tan intensa que en realidad yo no me di cuenta de lo que pasó, solo observé como aquella mujer atrajo la mirada de la cara hacia sí, tomó el Mango de la mano del hombre, y le entregó la manzana a la puerta, que en realidad la vio como un Mango, seguidamente, el verdadero Mango, lo vi en la zona lumbar de ella, escondida de la vista de la puerta.

El hombre, pasmado de lo que acababa de hacer Maya, la miraba sin tener claro lo que sucedía, la confusión era total, tanto en él como en la puerta. Entonces esta dijo:

-- Has superado con brillantez esta prueba, que yo creía sería imposible superaras, solo te falta encontrar la llave que abrirá la puerta.

Vi como el hombre se alejaba en busca de la llave, mientras Maya se colocó donde había estado desde el  principio, con su Mango oculto en su espalda.

Entonces frente al hombre, vi aparecer un pozo, al que se acercó con sumo  cuidado, le tenía miedo, a
medida que se aproximaba una oscuridad absoluta se vio en su interior, pensé entonces:

--  Siguiendo la lógica de lo que ha sucedido hasta ahora, ese pozo debe ser la vagina de su mujer.
Era indudable que el hombre temía al pozo, pero con decisión vi como buscó las lianas que un árbol tenia colgando, y amarrándolas a las piedras que formaban la boca del pozo descendió. Cuál fue su sorpresa cuando vio que al descender, había una cueva hacia la derecha, aunque el pozo en si continuaba hacia abajo. Comprendí que el pozo no era la vagina, era el clítoris de su mujer, y aquella cueva si era la vagina. En ella vi que por las paredes manaba agua, que entendí era el Agua de la Vida que filtraba desde el arroyuelo que provenía de la Fuente original.

En aquella cueva, filtraba agua por todas las paredes, y se hacían charcos en el suelo, pero justo en el fondo de la gruta, vi una serpiente enrollada con su cabeza algo levantada. En el momento que apareció el hombre en la cueva, el agua filtraba por las paredes con mayor intensidad, la luz se hizo más intensa, la serpiente se elevaba aun mas, y un extraño viento, que parecía eléctrico, circulaba por
todo el lugar. Comprendí que era el momento donde la serpiente del hombre entra en su gruta, y se mueve en ella. El hombre de pie, con sus pies mojados por el agua, gemía agitadamente, el viento cada vez se hacía más fuerte, el agua manaba en mayor cantidad y la serpiente estaba completamente erguida, cuando pensé que se iba a producir una descarga eléctrica, vi como el hombre salió de la cueva.

Con su serpiente en la mano, aquel hombre se acercó a la puerta, en la que había aparecido un hueco de una cerradura entonces ella le dijo:

-- Has triunfado, ahora puedes abrir y entrar en el Reino del ser Supremo. Y él le respondió.

-- Tu no eres una puerta que pueda abrirse, la puerta Soy Yo y es Ella, el que no entra por nuestra puerta se queda afuera y morirá dos veces. La llave de la puerta es la serpiente mía y la de ella, hacen falta dos serpientes, que son las dos llaves que pueden abrir la puerta, una está en este jardín, la mía, pero la de ella, hay que descender al abismo, a los pies, entrando por el pozo, sacar a todo ser inmundo que la mantiene secuestrada, liberarla y entonces juntando las dos serpientes se puede nacer
a través del Ovulo sagrado que le corresponda. Mi serpiente es erótica, pero la de ella no. El ser Supremo ha dado potestad a cada uno de los Inmortales que descendieron conmigo, y son hoy humanos, que entren a su Reino a través de la puerta que está en el cuerpo de cada uno de ellos, no por este Jardín, y por extensión, cualquier hombre que venza a los espíritus inmundos que vivan en su cuerpo, tiene su propia puerta preestablecida de antemano.

Sumamente contrariada la puerta, con tono amenazante le dijo:

-- Tu ignorancia es Superlativa, El ser Supremo me dejó cuidando la entrada a Su reino, por lo que es necesario que con tu llave la abras. Lo que sucede es que ya te has dado cuenta que ningún humano puede abrirme, no eres tu el que ha de venir. Entonces el hombre le respondió:

-- Soy plenamente consciente de que ningún humano puede abrir la puerta al reino de Narayana, a despertar esa fuerza absoluta, que se llama Kundalini, y tu no eres la entrada a su reino, por lo que no te abriré, pero mis cuatro hijos que son Hijo de hombre, te reventarán. Tu eres la puerta que da al abismo, y en realidad quieres que los que viven en él entren aquí. Cuando mis cuatro hijos lleguen, te reventarán y entrarán a donde vivís todos, y os demolerán a todos.

Al decir esto, aquella puerta, hasta ahora invulnerable, del mas solido metal, palideció, vi como su  textura metálica  se transformo en una textura como de mármol, pero con enormes vetas, cualquiera que la tocara se partiría, pero aquel hombre no lo hizo, debían ser sus hijos la que la reventaran.

No entendí lo que pasaba allí, miraba a la puerta, herida de muerte, verse alejar al hombre y a Maya que salieron al exterior del muro. Quedé cavilando, pero no comprendía nada. Vi cuando ya en el exterior, Maya, acariciando con su mano a la cara de aquel hombre suspiraba, y este con un gesto de cariño infinito, le decía:

-- Guarda el Mango, para cuando nazca de nuevo lo pueda comer, en ti si puedo confiar. Bajaré por el pozo, sacaré a todos esos inmundos y la traeré a Ella de vuelta, para que puedan nacer todos los que han venido conmigo, y también los humanos que nos prefieran a los actuales amos del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario