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LUCIFER QUIERE ENTRAR AL JARDIN DEL EDÉN

LUCIFER QUIERE ENTRAR AL NUEVO REINO UNIVERSAL


Aquella vez, tenía un sueño erótico asqueroso, donde deseaba las más repulsivas bajezas, cosas que nunca había soñado, ni en las fantasías sexuales más fuertes. No las narraré simplemente porque me da vergüenza hacer público algo que jamás pensé de mi mismo. Cuando me iba a despertar, entonces vi otra vez aquella grama y aquel muro, por lo que caminé hacia él.

En aquella visión, recordaba perfectamente a las serpientes que pretendían entrar a aquel recinto y no pudieron, las otras serpientes que agonizaban y a las que ya estaban muertas, que eran serpientes de hombres.

Aquel lugar, como la vez anterior, estaba lleno de erotismo, la grama y el muro me producían una excitación extraña, no conocida anteriormente por mí. Estaba lleno de lujuria, pero deseaba cosas raras, no la típica relación de un hombre y una mujer, sino buscaba cosas que se hacen a escondidas, en la más profunda soledad y oscuridad. Con excitación deseaba ver algo donde desahogar aquellas bajas pasiones, estaba decidido, que fuera lo que fuera, lo iba a realizar, sin represiones, sin freno.

Había una diferencia en relación a la anterior visión, donde había visto las serpientes de los hombres, en aquella todo era visible, había luz, cuanto más erotismo, mas luz. En cambio en esta, la oscuridad reinaba, y solo había luz para el lugar donde miraba, era un circulo de luz, y todo a su alrededor solo había penumbra. También vi otra diferencia, el muro estaba tapizado con lo que parecía una planta que como una hiedra lo recubría tapando casi totalmente las piedras de que estaba construido. No sabía si era una planta trepadora o si era el tallo o las raíces de alguna planta, daba la impresión de estar seca.

Vi llegar a un ser que aunque parecido a un humano, inmediatamente me di cuenta que no lo era, completamente desnudo, de piel muy blanca, que se acercó al muro, pero debido a aquella oscuridad,

solo podía ver su zona genital, el resto del cuerpo se movía en la penumbra, vi su pene, era pequeño, extremadamente pequeño, como el de un niño, pensé que sería un homosexual. Tocaba con sus manos el muro como intentando saber dónde estaba la puerta. Durante un buen rato, lo vi buscando todo alrededor del recinto, como intentando descubrir una puerta secreta, pero nada pareció moverse en el muro. Al poco tiempo, regresó a donde yo estaba, y entrecruzando los brazos, y apoyando su mano en el mentón, quedó pensativo, miraba el muro, y volvía a cavilar. Me di cuenta que el erotismo del lugar descendía, la oscuridad aumentaba, al bajar el erotismo, la luz disminuye. Por momentos, yo vislumbraba que en su cabeza llevaba algo, pensé seria un casco o una máscara, pero me era imposible saberlo, pues la penumbra me lo impedía.

Entonces aquel ser, extendió sus dos manos y en ellas apareció una gran copa de oro, tan grande, que la sostenía con ambas manos, en aquel momento mire dentro de la copa y vi un líquido raro, más ligero que el agua, de una tonalidad rojiza, como herrumbre, pero por momentos esta tonalidad cambiaba al
color del oro. Comenzó a beber y sin parar en ningún momento, se bebió todo aquello. Inmediatamente todo el lugar se iluminó, el erotismo aumentó, empezó a soplar una brisa que parecía aumentar mis deseos, su pene de niño quedó erecto, pero lo que me asombró fue su cabeza, tenia cabeza de chivo. Aquel ser, con su cuerpo delgado, fino, bien construido, tenía nada menos que la cabeza de un chivo, con su cornamenta, pelos y ojos de este animal.

Levantando su copa vacía, noté como esta se llenaba nuevamente, y entonces vi aparecer en el mismo lugar en donde yo había entrado, a una mujer, que caminando con paso titubeante, como ebria, se acercó al cabeza de chivo. Esta mujer era delgada, blanca, de pelo rubio, ojos azules verdosos, muy bien cuidada, físicamente era perfecta, pero parecía vacía, la sensación que me dio, fue de un ser sin ideas propias, sin sentimientos y sin emociones, al detallar su piel me fije que en realidad estaba arrugada, y su tono muscular era deficiente. Entonces ella agarró su copa y se tomó su contenido de una sola vez.

Hubo una transformación, se volvió resplandeciente, su piel se puso tersa, pero sobre todo se volvió muy atractiva. Seguidamente se acercó al muro, tocó un lugar, y apareció una puerta de madera, con un arco de piedra sobre él, entonces ella empujó la puerta y esta se abrió. Permaneció en la entrada, con la mano derecha sosteniendo la puerta, el cabeza de chivo entro y nada más hacerlo, ella, con una mirada provocadora se interpuso en mi camino, pues yo pretendía entrar.

Quería conocer lo que había dentro, sabía que allí estaba el lugar donde el primer ser creado había vivido, y del que fue expulsado, era plenamente consciente de la importancia de aquel lugar, y también comprendía que aquella mujer intentaría no dejarme entrar. Con una mirada provocadora me miró, mostrando su cuerpo completamente desnudo, vi sus ojos hermosos, de aquel azul verdoso, sus labio sensuales, su tersa piel, su sonrisa deslumbradora, se acercó para besarme, pero nada de aquello me impresionó, podía ver en ella, su cabeza vacía, sin ninguna idea, hacía tiempo que era un ser sin rumbo, por lo que aparte mi cara y la rechacé, ella con gran enojo, retrocedió. Tras unos segundos se recuperó y volvió a la carga ahora hizo énfasis en sus senos, los que sostenía con cada una de sus manos, los acercó a mi boca, eran espectaculares, rosados, ni muy grandes ni muy pequeños, pero yo conocía sus sentimientos, su falta de ellos, una mujer que no quería a nadie, ni a sus hijos, ni a su esposo, a nadie, solo se quería a ella misma, por lo que retrocedí apartándome. En el colmo de la rabia, aquella mujer tocándose su vagina con su mano, haciéndomela tocar y mirándome a los ojos, me hipnotizó. Me encontraba en un lugar que reconocí, era dentro de mis sueños, un lugar secreto, donde los hombres guardamos nuestros secretos más íntimos, nuestros deseos aberrantes. La soledad de este sitio, permite liberar todas nuestras pasiones.

Entonces la vi a ella acostada sobre un frio mármol, que tapaba una tumba, estaba muerta y completamente desnuda. Sorprendentemente su cara me atrajo, sus ojos vidriosos, apagados me enardecieron, sus senos me hicieron desearla, pero su vagina me excitó sobremanera, aquel era el lugar apropiado para cumplir aquel deseo oculto, nadie se enteraría, la penetraría y nadie había allí para juzgarme, llegué hasta la abertura, pero las dudas me detuvieron, varias veces me acerqué pero otras tantas me detuve, finalmente me retire sin tocarla.

La vi enojada, pero derrotada, como desarmada en la entrada que daba paso al Jardín, sin fuerzas para volver atacarme, entonces mirando sus pies le dije:

    -- Tus pies están viejos, deformes, asquerosos, el Amrita que tu tomas no los puede camuflar, estas acabada. Fue el puntillazo final aquella mujer, entró al Jardín y se acostó en una esquina.

Me sentía triunfador, había derrotado a la Maya de los Ángeles Caídos, un simple humano, ahora podría entrar al Jardín, por lo que empujé la puerta pero esta no se abrió, en repetidas ocasiones presioné pero  de ninguna manera podía franquearla. Con gran pesar, acepté que un maldito humano como yo no podría entrar a este recinto, pero gracias a que había derrotado a aquella mujer si podría verlo desde afuera, por lo que me trepé al muro, y vi como se me permitía estar allí observando todo.

Al fin pude ver el Jardín, pero me decepcioné, todo aparecía muy mustio, ajado como agotado, sus dimensiones aunque espaciosas, no excesivamente grande, había unos cuantos árboles, bastante separados entre sí, que parecían  esconder sus frutos, pues a pesar de mirar hacia sus ramas, tan solo podía ver sus troncos. Lo que debió ser un hermoso jardín, con verde grama, ahora aparecía cubierto de aquella hiedra, o enredadera, que todo lo cubría. Pero lo que destacaba en la entrada, pues no podía ver mas allá, era una puerta, muy extraña, situada en medio, pero recubierta de aquella enredadera que le servía de marco.

Reparé en ella, llamaba la atención, sus dimensiones eran las normales para una puerta, era de algún metal, que con el paso del tiempo se había puesto verdoso, con algunas manchas de otro verde más claro, y justo en su centro en la parte superior, un circulo con un símbolo, parecido al del Ying y el Yang chinos, pero las estelas eran más finas, y el circulo estaba formado por dos líneas también metálicas. Lo destacable era que la puerta era exactamente igual por los dos lados, pues al estar suspendida en el aire, teniendo aquella enredadera como marco, daba la impresión de que si se abría simplemente se pasaría para el otro lado del jardín, o sea era una puerta, que aparentemente no tenía ningún sitio a donde entrar. Examiné todo su borde, buscando un hueco donde debía estar la cerradura que la mantuviera cerrada, pero no había nada parecido a un hueco.

Vi como el Cabeza de Chivo, completamente desnudo, con su pene de niño erecto, vagaba por el Jardín observando y analizando todo, a lo igual que yo. Caminaba con dificultad, pues aquella enredadera, que todo lo cubría, que estaba seca y dura, al caminar lastimaba sus pies. Me di cuenta que sus pies eran extraños, raros, deformes, viejos, asquerosos, y contrastaban con su cuerpo que era el  de una persona joven, hermosa, y atractiva.

Por fin se acercó a la puerta, la analizo, la observó, la miró por un lado y por el otro, y al no percibir nada raro se alejo de ella, caminando ahora hacia uno de los varios árboles que allí había, justo el que estaba más cerca de la puerta.

Lo seguí con la mirada, pero con el rabillo del ojo vi que en la puerta algo se movió, por lo que miré rápidamente, y con sorpresa vi que en el círculo central, donde estaba aquel símbolo, apareció una cara, que aparentaba ser metálica, pero que evidentemente tenia vida. Aquella cara me pareció de una persona que estaba durmiendo y había abierto los ojos al escuchar algún ruido, miró de reojo al Cabeza de Chivo y por algún motivo cerró nuevamente sus ojos y pareció seguir durmiendo, quedando otra vez el símbolo que había. El que estaba acariciando un árbol, e intentando ver sus frutos, parece que también vio algo raro y se regresó hasta la puerta, la cual volvió a analizar, pero al no ver nada extraño, regresó junto a los arboles, buscaba ver sus ramas, pero sobre todo encontrar sus frutos, pero ni lo uno ni lo otro lograba ver.

Siguió caminando, adentrándose en el Jardín. Como se alejaba, me desplacé por encima del muro para poder ver mejor. Había encontrado un pozo, era un circulo de piedras, muy bien encajados, de apenas un metro de altura aproximadamente, se acercó con cierto temor, y echó un vistazo al fondo. Como estaba completamente oscuro, y no se vislumbraba su profundidad, tomó una de aquellas ramas secas que cubrían el suelo, y la lanzó, se quedó escuchando, pero nada se oyó. Mientras Cabeza de Chivo se esforzaba en ver lo que había en el pozo, me di cuenta que algunos de los arboles, que escondían sus ramas y frutos, dejaron por un instante verlas, pero cuando este, se dio la vuelta, nuevamente las escondieron.

Siguió caminando, buscaba un árbol en específico, pero le era muy difícil encontrarlo, pues estos escondían sus ramas y sus frutos, entonces, al ver un árbol grande, que también escondía sus ramas y sus frutos, pero que dejaba caer unos larguísimos bejucos, arrancó por la fuerza uno de ellos, y lo llevó a donde estaba el pozo. Cuando llegó al pozo, volví a ver que en la puerta había algo, y al fijarme, me di cuenta que el hueco de una cerradura estaba allí, por lo que pensé que habría una llave para abrirla.


Cabeza de Chivo, sujetando una punta de la liana al mismo pozo, descendió por el oscuro hueco. Pude ver cuando descendía, que el  pozo no era un tubo circular hacia abajo, sino que era una entrada a una
cueva que se extendía hacia la derecha de la tierra, no hacia abajo.

Vi entonces a Cabeza de Chivo en aquella cueva apenas iluminada, seca, acercarse a un lugar que al parecer había sido desgastado por el agua, pero que ahora estaba seco, y justo donde estaba lo que fue la naciente de agua, una serpiente tirada, muerta. Aquel Ser, desconsolado, afligido, cayó de rodillas, llorando desesperado por la muerte de su serpiente.

Salió del pozo, y se percató del hueco de la cerradura en la  puerta, por lo que con gran ansiedad, fue a un lugar, donde no había vegetación de ningún tipo, y allí caminaba, con su mirada puesta en el piso buscando la llave. Caminaba en una dirección, analizaba el suelo, después miraba hacia otro lado, caminaba hasta ese nuevo punto y volvía a buscar, así tardó gran rato, hasta que al fin desistió. En todo ese tiempo, vi como en el círculo de la puerta aprecia la cara de este ser desconocido, que parecía despertarse, mirar lo que hacía Cabeza de Chivo y luego volvía acerrar los ojos, para aparecer otra vez el símbolo que era su tapadera.

Caminé por encima del muro, pues a la distancia observé un montículo, que parecía estar libre de aquella planta enredadera que todo lo cubría, al llegar, aunque a la distancia desde donde yo podía estar, noté que era una elevación de piedras entremezclado con tierra, me percaté de que allí debió haber agua, pues la arena del alrededor así lo demostraba, además el cauce de un pequeño arroyuelo, completamente seco, se perdía en la lejanía, y su dirección apuntaba al pozo que había visto. Sentí tristeza, sabía lo que era, era la Fuente de la Vida, que se había secado. Esta naciente la conozco muy bien, pues en mi cuerpo, como en la de todos los humanos, hay una, esta agua, es el liquido original, que produce nuestras emociones, y del cual se alimentan nuestros deseos, que son personajes que viven dentro de nuestro cuerpo, y es aquí donde todos estos ladrones, falsos dioses, colocan sus cordones para absorbernos toda nuestra vitalidad. Esta fuente está situada en nuestro cuerpo en el ombligo, y es ahí donde todos los ladrones del líquido vital conectan sus cordones, la sensación de ver esta fuente dentro de nosotros es indescriptible, cuando yo pude entrar, pensé, ¡Esto es la felicidad!. La fuente de la vida se ha secado, para todos los Inmortales caídos, y los humanos que son sus hijos, y su sostén.

Vi ya la gran desesperación de aquel ser, que corría descontrolado buscando un árbol, en ningun momento se dio cuenta de donde estaba La Fuente de la Vida. se alejó mucho, hasta que por fin, reconoció por su descomunal tamaño el árbol que buscaba, pero al verlo, se dio cuenta que estaba seco. Aquel árbol ya no daba frutos, se había secado, entonces cerca de allí vio al otro descomunal árbol, y al acercarse notó, no solo que tenia gran vida, sino que había crecido hasta el cielo, por lo que era imposible alcanzar sus frutos.

En la más completa desesperación Cabeza de Chivo, se acercó a la puerta, y de rodillas le imploró que le abriera, le recordaba quien era él, como ella había logrado ocupar aquel puesto, su amistad con el gobernante del abismo. La puerta, que ya yo comprendía evidentemente era un ser con vida propia, simplemente aparecía en forma de símbolo cuando aquel ser humilladlo se dirigía a él, y que mostraba su cara cuando este bajaba su cabeza. A la puerta, le daba igual, lo que le pasara a aquel Ángel caído, ya no era nadie.


Me desperté preocupado, tenía la impresión que aquella visión tenía un significado terrible, que la muerte acabaría con todo, hasta con el Jardín del Edén.

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