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LA REUNIÓN DE LOS AMOS DEL UNIVERSO ANTES DE PARTIR

LA REUNIÓN DE LOS AMOS DEL UNIVERSO


Esta visión la tuve en mi adolescencia, en aquella época no entendí nada de lo que vi, pero me llevo a estudiar la cultura hindú, aunque a los pocos años decepcionado por tanta teoría vacua, hipocresía, y las bajezas propias de las religiones y sectas, me olvidé de todo lo relacionado con los antiguos dioses. Después de muchos años y tras visiones que iban desde lo glorioso, pasando por lo aterrador y terminando el lo apocalíptico empecé a hilar y vislumbrar algo de aquella primera visión.


Me encontraba soñando, un sueño normal, obscuro, repetitivo, pero que de repente empezó a iluminarse, para inesperadamente encontrarme en un gran recinto, donde cientos, sino miles de
El Sr. Brahama el científico de los Dioses
personas entraban, buscaban sus asientos, y dialogaban entre sí, parecía un estadio de futbol, justo en la final de la Champion, cuando aún no ha empezado el partido y la gente se mueve, sale, entra, y el bullicio es generalizado.

Baje mi mirada, buscando entender lo que sucedía, donde estaba, poco a poco desperté, y me hice consciente de donde me encontraba, instintivamente miré mis pies, necesitaba verlos, pero no me fue posible. Entendí que no estaba en mi cuerpo, ya que  el mismo hecho de mirar mis pies indicaba que no era un sueño, en ellos no se pueden ver ni los pies, ni las manos, así como tampoco verse en un espejo. No era un sueño, tampoco había salido de mi cuerpo, era un recuerdo que se podía ver en el mundo del vacío total.

Habiendo ya despertado, con ansiedad, recorrí con la mirada todo aquel recinto, necesitaba entender que estaba pasando, intuía que era algo muy importante, transcendental. Aquel recinto era grande, cerrado, algo menor a un estadio de futbol, pero redondo, las gradas rodeaban un gran recinto central, pero no había acceso desde ellas, a dicho recinto.

Las gradas formaban un círculo alrededor de aquel patio ricamente adornado, con figuras, plantas, fuentes y luces, y estaba dividido en cuatro partes y en el centro de cada una de estas partes había un gran palco con un gran trono en el centro. A los lados de cada uno de los cuatro grandes tronos había palcos más pequeños, todos ellos con sus correspondientes tronos, y detrás de cada trono varias hileras de gradas, donde había cómodos asientos para los asociados de cada uno de aquellos reyes.

Ahora bien, la cantidad de grandes tronos eran 4, pero los tronos más pequeños variaban dependiendo en cuál de las cuatro partes del recinto estaba. Así el gran trono de la zona norte estaba rodeado de cientos de palcos, tanto a su mismo nivel como detrás.

En el gran trono de la zona oeste había 33 palcos en la misma línea que el palco central. En el gran trono de la zona Este, había 12 palcos en la misma línea del palco principal, y en el gran trono de la zona sur había 10 palcos en su misma línea.

Todas aquellas personas, evidentemente no eran humanos, y aunque eran de razas totalmente diferentes, había una fuerza, una vitalidad, un sentimiento no conocido por nosotros los humanos. La belleza y atractivo de las mujeres era excepcional, pero parecía que la desnudez no producía ningún tipo de malestar o perturbación en nadie, y aunque todas usaban vestidos, de muy diferentes estilos, no era raro ver algún pecho, o pierna demasiado claramente. Los varones también mostraban generalmente torsos desnudos, algunos de gran belleza, y otros bastante horripilantes.

Observando el gran recinto, entendí  que pertenecía al gran Inmortal Brahma, El Creador, y su disposición mostraba claramente como es la estructura de las fuerzas de Dios en el Universo. El recinto equivalía al cuerpo de Dios, cada trono era para un Inmortal, que controlaba una parte de las fuerzas Universales, y nuestro cuerpo humano es una copia de este recinto.

La extraordinaria Reunión había sido convocada por el Gran Inmortal Brahma, eran docenas de años de estudio, trabajo, y organización, de todos sus grandes sabios, no solo para lograr reunir a todos los controladores de las Fuerzas de Dios, sino en la creación de la mayor obra de ingeniería jamás realizada, El Ovulo de la Vida, o El Gran Huevo Cósmico.


Vi como todos los grandes sabios, cientos de ellos, pertenecientes a la estirpe de Brahma, pululaban por los palcos, salían de ellos y bajaban por los pasillos fuera del gran círculo y volvían a entrar en otros, organizando aquel gran congreso, casi todos vestían ropas blancas, aunque su torso estaba desnudo, y en donde se veía el símbolo de la sabiduría, un cordón de oro que cruzaba su pecho. Repentinamente sonaron campanillas en la totalidad del recinto y todos los presentes se dirigieron a su sitio, asignado de antemano, y en la puerta de cada una de las 4 entradas a los palcos varios de aquellos sabios, atendían a sus invitados, respondiendo a cada pregunta con amabilidad y disposición, pero cuando veían a alguno de los cuatro grandes inmortales les indicaban que deberían aguardar con todo su sequito, pues el protocolo así lo requería.

Vi entonces todo el recinto lleno de inmortales, cada uno sentado en su lugar, y en la entrada de cada gran trono a los cuatro grandes Inmortales esperando su turno. El jefe de ceremonia, situado en una especie de tarima, de algo parecido al cristal, justo delante del gran trono de Brama inicio la ceremonia. Lo extraño era que a pesar de las grandes dimensiones del local, se le escuchaba perfectamente.

Después de una escueta presentación, gritó con gran pompa el nombre de Shiva, entonces vi entrar  al Controlador de las Fuerzas destructivas de Dios y todos sus allegados, hijos y esposa. El Gran Shiva,
Shiva Dios de la destrucción
apenas llevaba un taparrabos, su pelo en verdad era larguísimo, pero lo usaba recogido, con un gran moño en la cabeza, el color de su piel como el de las venas azuladas, su cara hermosa, sus ojos rojizos y su cuerpo parecía el de un atleta de alta competencia, no sé cómo definir su edad, pues evidentemente era una persona mayor, pero su piel y movimientos eran los de un joven. A su lado la Hermosísima Parvati, con sus ojos brillantes, pero lo que destacaba de ella, era la rabia contenida, la cólera en sus movimientos, aquella dama, reprimía un enfado monumental. Su sequito era espeluznante, Fantasmas Bhutas  de ojos horribles, que permanecen al lado de su Señor, por haber tenido una muerte horrible, Seres deformes con un solo ojo, Yakshas con barrigas y pies enormes, Pretas Muertos que se quedaron con su Señor, Monstruosos animales, con algunas características humanas, y así un innumerable sequito de seres de los mundos inferiores.

Además, entraron también los grandes inmortales hijos y asociados del Señor Shiva, que ocuparon los 10 tronos en la misma línea del trono de Shiva y Parvati. A algunos de Ellos los conocía bien, a otros de referencia y aun había otros que no tenía la más mínima idea de quienes podían ser.

Reconocí inmediatamente a Parasurama, llevaba su terrible arma con él, en los textos sagrados de la
Parasurama, maestro de artes marciales supremo
India, dicen que es un hacha, pero evidentemente no era un hacha para cortar árboles, era un arma de destrucción diseñada por el mismísimo Brahama, que fue entregada a Shiva para que en la época donde los Yadavas y otras razas con el mismo origen, reinaban, fueran aniquilados. Estas  razas descendientes de los asquerosos hombres-reptiles que en diferentes épocas reciben diferentes nombres, pero que son siempre los mismos tiranos, mentirosos, sedientos de poder, en constante guerra, y sus cualidades son el orgullo, la arrogancia, el engaño, el enojo, la grosería y la ignorancia.

Reconocí también a mi querido Ganesh, pero no tenía la cabeza de elefante, se mostraba muy atento tanto con Shiva como con su madre Parvati, también vi al inmortal de la guerra Skanda o Kartikeya, que dirige los Gana o huestes infernales de su padre el Señor Shiva. Además vi a Rudra con su esposa, la piel de ambos era rojiza, estos dos inmortales reinan en el mundo de los esqueletos, lugar que conozco bien.
Hombres serpiente

Pero de todos los Inmortales pertenecientes a la estirpe de Shiva, el que me llamó más la atención fue Yama y su esposa Yami, señores de los muertos,  jueces de todo ser  mortal, y carceleros de todos los seres malvados, ambos estaban en tensión, preocupados, aquella reunión los afectaba notablemente, su piel era blanca, extremadamente blanca, sus ojos no parecían normales, parecían de cristal, y hablaban con otra pareja de inmortales, que eran sus asociados eternos, Kal Inmortal del tiempo y Mrytyu la Muerte, sus reinos eran contiguos, su amistad eterna.

Vi a otros inmortales, a los cuales no conocía, mientras avanzaban hasta sus tronos, en el momento que había hecho su entrada Shiva y su esposa Parvati, todos los Inmortales que ya se encontraban en sus asientos, tanto de la estirpe de Brahma, de Shiva, de Vishnu o de Narayan se levantaron e hicieron un saludo respetuoso, cada uno a su manera, algunos solo inclinaron su cabeza, otros juntaron sus manos e inclinaron su cabeza y aun otros rodilla en tierra también inclinaron su cabeza.

Observé todas las gradas que había en la zona correspondiente a la estirpe de Shiva y Parvati, básicamente había dos tipos de seres, los que tenían apariencia similar a la humana, aunque de diferentes razas y los que eran una mezcla de animales y hombres. Vi a los fortísimos Taurus, con su cabeza de toro y formidables cuernos, a los Baaghon hombres tigre, a los Hombres caballo, que conocia muy bien, y asi muchos otros, pero lo que destacaba eran unos 12 asientos vacios, que sabia pertenecían a los Sareesrp hombres reptil, pero que no habían sido invitados a la reunión.

Dios del mantenimiento del Universo
El maestro de ceremonia tomó la palabra, y tras una breve descripción grito el nombre de Vishnu y Laksmi, e inmediatamente todos los presentes en todo el recinto se levantaron de sus asientos e hicieron las mismas reverencias que se le habían hecho a Shiva Parvati, los cuales también se levantaron y mostraron sus respetos.

Vi entonces a Vishnu caminando con gran gallardía hacia su trono, su cuerpo era azulado, pero mucho más claro que el azul de Shiva, mostraba su corona real, una armadura reluciente que despedía destellos y una amabilidad con los suyos fuera de lo común. A su lado una hermosísima Laksmi, de pelo rubio, una cara angelical, destacaba algo en ella, su clase, su educación, cada detalle en ella estaba medido, llevaba joyas muy opulentas, pero no en exceso, su caminar era impecable, era evidentemente una autentica Reina, con la gran peculiaridad que amaba a los suyos de corazón, a su esposo, a sus hijos y a sus súbditos.

Los cuatro hijos del Gran Vishnú, eran aun muy jóvenes, el más pequeño un niño, y se sentaron en el mismo trono que sus padres. Me llamó poderosamente la atención, el ser mitad Deva, mitad águila, el famoso Águila portador de Visnú, en verdad, impresionaba su majestuosidad. Vi llegar también a los 12 tronos, que pertenecían a la estirpe de Vishnú, a 11 Inmortales, Indra, inmortal del Cielo, Vayu, inmortal del viento, Varuna inmortal de las aguas, Agni inmortal de los sacrificios, Soma Inmortal del Amrita o bebida de la inmortalidad, Surya inmortal del sol y Chandra inmortal de la luna, todos con sus esposas e hijos, y así hasta que todos estuvieron en sus asientos, pero uno de aquellos tronos quedó vacío. Mirando aquel trono comprendí que pertenecía a Ushás el Inmortal de la ciencia material, aunque los estudiosos lo nombran como la Aurora.

Detrás de cada uno de aquellos 12 tronos además del de Visnu y Lakshmi había gradas donde estaban los asociados, allegados y familiares de cada uno de aquellos inmortales, pero las gradas correspondiente a Ushas, a lo igual que el trono de él se encontraba vacío.
Ushas o lucifer Antiguo dios asociado a Vishnu

En mi visión recordaba a Ushas, aquel Inmortal asociado a Vishnú que tres eras antes, cuando su Señor recibió los homenajes de los mismos inmortales aquí presentes, por haber realizado con gran esfuerzo la conquista de todos los mundos, quitándoselos a los siempre tiránicos asuras, se sintió ofendido porque dicho homenaje no se le ofreció a él. Desde aquel momento Ushas y los suyos se volvieron en contra de todos los inmortales y apoyaron a estos asuras era tras era, hasta nuestros días.

La raza cuyo inmortal es Ushas recibe diferentes nombres a través de los tiempos, pero es una raza blanca, de pelo rubio, ojos azules, altos y fuertes.

Después de que toda la estirpe de Vishnú se había sentado, el maestro de ceremonias, desde aquella extraña tarima transparente que me daba la impresión que se movía, anunció la entrada del Señor Brahma y su esposa Saraswati, tras lo cual el Inmortal Creador entró  en su recinto recibiendo los respetos dados anteriormente a Shiva y a Vishnu, que también rindieron honores al gran Brahma. El Sr Brahma en verdad tenía 4 cabezas, más bien una cabeza y cuatro caras, las caras de los lados miraban de reojo y la de atrás permanecía con los ojos cerrados. Su piel era blanca, sus ojos enormes rasgados como los ojos de los orientales pero muy grandes, su pelo blanco completamente, y su cuerpo relativamente flaco. Su esposa Saraswati , algo ruborizada,  tímida, con las manos entrecruzadas caminaba a su lado, sus ojos enormes, vivaces, miraban nerviosamente a todos lados, esforzándose para qué no se notara su nerviosismo. Era muy hermosa, pero llevaba su pelo recogido, su vestido largo hasta los pies, sin ninguna joya visible, aunque en su pelo un adorno de oro y una joya como símbolo de su gran conocimiento y erudición, era evidente que no estaba acostumbrada a aquellas grandes reuniones.

Tras la pareja, docenas de sabios, todos ataviados con ropas blancas, el torso desnudo y el cordón de oro en su pecho, los seguían, pero formando en dos círculos alrededor de la pareja, y alrededor de los
Rakshasas guerreros creados en labortorio por Brahama
sabios un grupo de temibles Rakshasas, los escoltaban. Aquellos Rakshasas eran de piel gris, su ropa completamente negra, sus colmillos superiores e inferiores sobresaliendo en su boca, y extrañas armas en su cinto y en su espalda, cuidaban con celo a todos aquellos sabios.


Vi entre todos los acompañantes de Brahma y Sarasawati un joven, que no conocía quien era, pero al observar las miradas de aquella hermosa dama, comprendí que se trataba del hijo de Brahma, y al ver que con la mano acariciaba su cara, comprendí el nerviosismo de ella.

Seguidamente el maestro de ceremonias anunció la Entrada de mis señores Narayan y su esposa Sada -Khush. Todos los presentes se levantaron y rindieron honores a los Inmortales  Supremos. Mi visión se nubló, el sentimiento hacia mi Señora hizo que mis ojos y mi corazón se agitaran, pero no solo yo, todos aquellos inmortales empezaron a gritar, SadaNán, SadaNán, SadaNán, SadaNán, SadaNán…. ,
Narayana y su esposa el Dios Supremo
vi como algunos de los asociados de Vishnú sacaban algunos raros instrumentos y un sonido celestial, empezó a embriagar el ambiente, repentinamente vi como todos aquellos inmortales entraron en una euforia, una excitación que los llevo a todos a bailar, dar saltos, vi como en todo el recinto caían pétalos de flores, un aroma embriagador llenó el ambiente.

Era extraño, hasta los terribles seres habitantes de los mundos inferiores saltaban  y gritaban el nombre de mis Señores, Vi a Shiva y Parvati entrar en éxtasis, Vishnu y Laksmi bailaban dando vueltas, hasta la tímida Saraswati presa de una euforia desconocida para ella giraba sobre sí mismo, totalmente extasiada.

Aquello duro un buen rato, tras lo cual pude al fin fijar mi mirada en mis queridos Señores, pero he de decir que Mi Sr. Narayana en realidad no es visible, ni siquiera para ninguno de aquellos inmortales, tan solo su esposa Sada Khush podía verse, podía intuirse donde se encontraba el, pero mis ojos no alcanzaban a verlo, Mi Señor está libre de Maya, de ilusión, por lo que nadie que esté dentro de un mundo controlado por maya puede verlo.

Aquel séquito era extraño, los Narayanas son seres todos exactamente iguales, por lo que al ver a uno de sus asociados, puede saberse como es el mismo señor Narayana, pero Mi Señora si era visible y en realidad caminaba en forma de una adolescente traviesa, y era la única que podía ver a mi Señor.
Había 33 tronos en el lado Oeste del circulo que pertenecían a mi Señor Narayana, todos fueron ocupados por cada asociado de él, y todos eran idénticos entre sí.

Cuando al fin se produjo el silencio, aquella adolescente traviesa, dirigiéndose a todos los presentes en voz alta les dijo; No me hagáis tanto la pelota, que solo me convenceréis con unos dulcitos de leche, mucha música, mucho grito, pero no tengo ni un dulcito de leche. La risotada fue generalizada, todos conocían a Mi Señora, y eran famosas sus salidas de tono, vi como de varios sitios salían a buscarle sus dulcitos de leche, pero el Señor Brahma ya había previsto el hambre de Sada Khush y justo a su lado, un sabio con una bandeja descomunal llena de todo tipo de dulces le ofrecía para que comiera. Mi Señora comenzó a comer y dijo en voz alta, ahora si podéis seguir haciéndome la pelota mientras me como este dulce, la nueva risotada no se hizo esperar.

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